Se acerca el fin de años y hoy nos recordamos que en Guije tenemos un directorio con referencias a los calendarios y otros archivos con datos de cada día. Revisando el directorio en el mes de diciembre vamos al 30 de diciembre de donde se nos hace más fácil continuar con los datos que presentamos en esta entrada.
Hoy 30 de Diciembre en el Calendario USA
30 de Diciembre de 1959 - El submarino nuclear USS George Washington fue puesto en servicio. Este fue el primer submarino americano capaz de llevar y lanzar cohetes.
30 de Diciembre de 1853 - Los Estados Unidos le compraron a México el territorio que en el presente constituye el sur de los estados de Arizona y New Mexico. El Ministro de los Estados Unidos en México, James Gadsden, se encargó de tramitar la compra.
Hoy, 30 de Diciembre, en el Calendario Cubano
Almanaques cubanos de 1921 y 1946 indican que el 30 de Diciembre se celebró el día de: La Traslación de Santiago apóstol, San Sabino, mártir, y Santa Anisia.
30 de Diciembre de 1895: La Invasión Libertadora en Matanzas: Avanza de Mostacilla (distrito de Colón) a Empresa (distrito de Matanzas), en total 7 leguas recorridas.
La Invasión Libertadora del 30 de diciembre por José Miró Argenter.
Amaneció el día 30 de Diciembre con no muy agradable faz para el ejército invasor, roto de fatiga y mermado por el plomo. Bajo tristes augurios terminaba el primer año de la Revolución, en medio de un cuadro fúnebre y dolorosamente instructivo; junto al lecho de muerte de soldados heroicos que se despedían para siempre del mundo y de la patria amada, sin llevarse el consuelo de verla feliz, la luctuosa procesión de los heridos en andas, como larga hilera de féretros que va en camino del cementerio. El torvo semblante de la fortuna parecía anunciarnos los funerales de la invasión. Abarcando nuestros caudillos de una sola ojeada la gravedad de los sucesos, se dispusieron a hacerle frente, con ánimo valeroso y resolución inquebrantable, sin desistir del objetivo principal de la campaña, sin demostrar flaqueza ante nuestros soldados, ni mucho menos ante el enemigo a quien presentarían la cara cuantas veces fuera menester, aun en aquellas circunstancias excepcionales, tan críticas para nuestro ejército: no se iría, pues, a buscarlo en sus campamentos mientras no tuvieran refugio los heridos que, por su estado de gravedad, no podían montar a caballo, pero no se rehuiría la provocación al lance en ningún terreno. La experiencia de la lucha había demostrado que hacer alto para combatir, era menos peligroso que sufrir por la espalda la agresión del adversario, por aflictiva que fuese la situación propia. El general Maceo dejó entrever su pensamiento de saludar el año nuevo en la provincia de la Habana, para dar ánimo a la tropa ilesa; y ello bastó a disipar la negra pesadumbre que se había apoderado de los corazones. La penetrante mirada del caudillo, recorriendo de un golpe la formación y escudriñando el interior de todos, vino a ser el rayo de sol que aclara los horizontes plomizos de una mañana tempestuosa ¡tanta era la fe que se tenía en aquel hombre extraordinario!
El corneta de órdenes tocó marcha, que prometía ser tan agitada y penosa como la del día anterior, pero al fulgor de aquellos ojos y al ímpetu irresistible de su gallardo continente, todo el mundo se dio prisa, y empezó a desfilar la vanguardia con la marcialidad de una tropa que sale del cuartel después de largo descanso. Ya en camino, hubo que destacar varios grupos de infantería para contener a los españoles, que, según noticias de buena fuente, desde el central Baró se encaminaban a nuestro campamento de Reglita, en donde sólo quedaba la extrema retaguardia que sostuvo ligeros tiroteos con los exploradores de Suárez Valdés. Al cruzar la línea férrea de Sabanilla, por las inmediaciones de la Isabel (entre Corral-falso y Cuevitas), los pitazos de alarma de una locomotora anunciaron el enemigo sobre nuestro flanco izquierdo; el lado más débil, como en la segunda acción de Calimete, y con las camillas también detenidas por el obstáculo de algunos cercados de piedras, en los que era necesario abrir portillos para que pudiera cruzar toda la ambulancia. El tren se desvió al ocupar nuestra vanguardia la línea mencionada, dirigiéndose por uno de los ramales al ingenio Unión, y con esa maniobra se situó mucho más cerca de las camillas; éstas no podían abreviar el paso. El terreno no ofrecía quebrada alguna, era liso, sin arboleda y con los valladares de cascajo que allí se utilizan para determinar los lindes de cualquier paño de tierra: la situación era otra vez crítica, amenazadora. Los españoles avanzaron de frente, por dos guardarrayas, aunque sin romper el fuego, no obstante la proximidad del enemigo. Gritaban ¡viva España! y hacían flamear una bandera, probablemente la del batallón o regimiento a que pertenecían. Casi ya tocándose unos y otros combatientes, se rompió el fuego: los españoles desde la guardarraya de un cañaveral, y los nuestros desde el campo raso; las camillas acababan de cruzar por allí. Nuestra infantería tomó entonces uno de los vallados y sostuvo durante un cuarto de hora la pelea, mientras las fuerzas de vanguardia hostilizaban la reserva de los españoles que se apoyaban en el mismo tren. Este combate no revistió mayor importancia: sólo tuvimos cuatro bajas. Aunque las fuerzas enemigas no eran numerosas, pudieron ocasionarnos muchas y sensibles pérdidas si inician el combate con anticipación, al pasar las camillas por el lugar más próximo al ingenio. Nuestra opinión -que a fuer de enemigos leales consignamos aquí- es que el jefe español respetó nuestra ambulancia; a cada cual lo suyo. Unico hecho de esta naturaleza que hemos presenciado en toda la campaña.
30 de Diciembre de 1791: Un Privilegio Nacido de una Gracia Real.
En “Un Día Como Hoy” por Emeterio S. Santovenia editado por Editorial Trópico, 1946, La Habana, Cuba,, páginas 735-736 nos describe los acontecimientos del 30 de diciembre de 1791 en la Historia de Cuba:
“El gobierno de Luis de las Casas mereció de sus contemporáneos y de la posteridad juicios tan elevados como elevadas fueron casi todas sus providencias y obras. La población, las costumbres, la agricultura y el comercio alcanzaron innovaciones y adelantos de vital importancia. La civilización experimentó impulsos decisivos. En suma, la gestión de Luis de las Casas se consideró como la génesis de la vida intelectual de Cuba. Mas hubo en la fructuosa administración de Luis de las Casas decisiones deplorables. Ya por iniciativa propia, ya merced a complacencias de la Metrópoli, se vieron prosperar las consecuencias de actos en pugna con los principios esenciales de la civilización. La secuela perniciosa pudo en determinados casos ser tenida por ópimo fruto de sabia resolución. En otras ocasiones la maldad quedó en seguida de manifiesto y la causa y el efecto por igual fueron considerados despreciables y nefandos. De acuerdo con el criterio del tiempo y del medio en que vivió, Luis de las Casas creyó que no podía abstenerse de procurar la introducción de esclavos en la Isla. La agricultura reclamaba brazos, y él quiso proporcionárselos favoreciendo con sus instancias la trata. La real cédula de 24 de noviembre de 1791, expedida de concierto con las observaciones del gobernador general de Cuba, prorrogó por seis años la absoluta libertad del comercio de carne humana y suprimió casi en su totalidad las trabas que habían acompañado la primitiva licencia. Se pretendía levantar la riqueza material del país, y, cegados los gobernantes previsores y honrados tanto como los especuladores sin conciencia ni escrúpulos, la civilización fue ultrajada en nombre del progreso y hasta, de principios de alta moral.”...
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