Wednesday, February 9, 2011

9 de febrero del 2011 - Hoy en el Calendario


Efemérides, datos y apuntes de la historia relacionados con el 9 de febrero, el día de hoy. Además de nuestras notas en Damisela.com y Guije.com, consultamos el Calendario USA del día de hoy para confeccionar la primera sección dedicada a los Estados Unidos de América. La segunda sección, con la ayuda de la información en Damisela.com y Guije.com, se basa en el Calendario Cubano del 9 de febrero. En algunos casos la historia de los Estados Unidos de América y Cuba es muy similar, en tales casos la presentamos donde indica ser más apropiado.

Hoy 9 de febrero en el Calendario USA

9 de febrero de 1969 - Primer vuelo del avión comercial Boeing 747.

9 de febrero de 1861 - Se elige a Jefferson Davis presidente de los Estados Confederados de América.

9 de febrero de 1773 - Nació William Henry Harrison en Berkeley Plantation, Condado de Charles City, Virginia. Noveno presidente de los Estados Unidos de América. Murió el 4 de abril de 1841 en Washington, D.C. de neumonía un mes después de tomar posesión de la presidencia; fue reemplazado en la presidencia por el vicepresidente, John Tyler.

Hoy, 9 de febrero, en el Calendario Cubano

Almanaques cubanos de 1921 y 1946 indican que el 9 de febrero se celebró el día de: Santa Apolonia, virgen y santos Cirilo de Alejandría, obispo, Sabino y Reinaldo, confesores.


Cienfuegos, Las Villas

Nació Antonio Hurtado Valle en Cienfuegos el 9 de febrero de 1842 y murió el 7 de junio de 1875. Colaboró en “La Moda Ilustrada”, de Cádiz y en otros periódicos con el seudónimo “El hijo del Damují”. En 1864 publicó un tomo de poesías líricas y al estallar la revolución del 68 se incorporó a ella escribiendo con su sangre un nuevo y más sagrado poema. Alcanzó el grado de capitán. Los españoles lo fusilaron.

Calixto García

9 de febrero de 1899 - Llegaron a La Habana, procedentes de Estados Unidos, los restos del Mayor General Calixto García; falleció en Washington D.C. el 11 de diciembre de 1898.


9 de febrero de 1898 - Carta de Dupuy de Lome por Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 85-86 nos describe los acontecimientos del 9 de Febrero de 1898 en la Historia de Cuba:


"Una verdad desconcertante flotó en el ambiente creado en los Estados Unidos de América con ocasión de la postrera de las guerras de Cuba por su independencia: los presidentes Cleveland y McKinley resistieron con obstinación a la solución que suponía la ingerencia enérgica de Washington en la cuestión de la Isla, no para sustituir una tutela por otra, sino para imponer el triunfó de ansiedades que, más que los propios interesados, grandes hombres de la civilización occidental habían diputado respetables y justas. La intensa propaganda desenvuelta en la Unión por los emigrados revolucionarios cubanos prendió en muchedumbre de corazones norteamericanos. Pueblo y prensa de la Nación manifestaban su compenetración con los separatistas de la Isla. Mas el Poder Ejecutivo de la Federación fiaba la suerte de la cruenta lucha al empleo de instancias diplomáticas. En 20 de diciembre de 1897 el ministro de los Estados Unidos en Madrid dirigió una nota al de Estado de España. Repitió allí el concepto de que la paz de Cuba era menester para el bienestar del pueblo de la Unión y que el deseo de su gobierno consistía en lograr esa paz y la sólida prosperidad que únicamente con la paz podía advenir. Cuando, en 1° de febrero de 1898, el Ministro de Estado, Pío Gullón, acusó al plenipotenciario Woodford el recibo de la nota del 20 de diciembre no ocultó la viva y especial complacencia que el gabinete de Madrid experimentaba ante las diversas afirmaciones obtenidas del gobierno de Washington. Pareció que las relaciones entre ambas potencias se hallaban definitivamente en un sector armónico. Un hecho, de orden privado en su origen y sin trascendencia de no haber adquirido publicidad, estuvo predestinado a causar del lado de los Estados Unidos la mayor sensación: la carta que el ministro de España en Washington, Enrique Dupuy de Lome, escribió al notable político radical José Canalejas, a la sazón en Cuba, con alusiones al mensaje anual de McKinley y a la conveniencia de promover, aunque no fuese más que para efecto, el mejoramiento de las relaciones comerciales entre España y la Unión. La carta, dirigida a La Habana, fue ocupada, sin que la conociese Canalejas, por su secretario o amanuense, Gustavo Escoto, quien, con no escasas peripecias, la condujo a Nueva York. Allí, al habla Escoto con Horatio S. Rubens, Tomás Estrada Palma y Gonzalo de Quesada, se determino que la epístola se pusiese en manos del Presidente, y el 9 de febrero de 1898 New York Journal inserto en sus columnas un perfecto facsímile de la carta y su traducción al inglés, con encabezamiento expresivo de contener el documento publicado el peor insulto perpetrado contra la Unión en toda su historia"...

Santa Cruz

9 de febrero de 1896 - Mayor General Antonio Maceo y sus fuerzas acamparon en San Cristóbal, con el fin de atender a sus heridos. La Ciudad de San Cristóbal estaba en poder de las tropas invasoras por José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Occidente) - Tomo II: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942, páginas 54-55 describe los acontecimientos del 9 de febrero de 1896 en la Historia de Cuba:

"El día 9, estando Maceo en San Cristóbal, una sección a caballo que salió a practicar un reconocimiento por el camino de Santa Cruz, divisó la vanguardia de una columna que se dirigía a San Cristóbal y con la cual tuvo pendencia. La noche anterior, dentro del caserío de Santa Cruz, los soldados de dicha columna dieron muerte al corneta de órdenes de Maceo, el bravo y temible Leoncio Estives, llamado el Congo. Salieron furtivamente del vivac, él y otro camarada de iguales arrestos, con el propósito de dar un paseo nocturno o de correr una aventura en Santa Cruz, y se hallaron de manos a boca con los soldados españoles, liándose a brazo partido en la vía pública, a machetazos los dos insurrectos, a culatazos y a tiros la escuadra de granaderos, y en la terrible contienda cayo el intrépido Leoncio, no sin hundir el sable hasta la empuñadura en el vientre de uno de los luchadores y cortándole a otro la muñeca. El camarada de Leoncio mató a otro soldado, y escapó con un bayonetazo en el cuello. ¡Tremendo desafío!

"Maceo adoptó las disposiciones oportunas para que el pueblo de San Cristóbal no padeciera los estragos de un combate en sus mismas calles, y apostó la tropa a dos kilómetros de la localidad, al lado de la carretera. La columna entro en el caserío a descargas cerradas y haciendo disparos de cañón, como si la plaza estuviese defendida por un cuerpo de ejército. Cuando el jefe sitiador se convenció de que en el pueblo no existía una sola escopeta amenazadora, tomo posesión del lugar, inquirió los informes necesarios y emprendió la ruta de Candelaria, desviándose de la carretera para esquivar el choque con las partidas de Maceo. Mandaba dicha columna el coronel Hernández de Velasco, hombre de pundonor y buen militar, cualidades que demostró en diferentes episodios, además de la hidalguía; pero, no en la ocasión que ahora historiamos, pues dejó en el pueblo de San Cristóbal el triste recuerdo del pillaje a que se entregaron sus soldados, y no dio testimonio de marcialidad al proseguir la marcha por el camino de Candelaria. El coronel Hernández de Velasco sabía perfectamente la situación de Maceo; lo sabía por un funcionario español, el Registrador de la Propiedad del término de San Cristóbal, que nos lo dijo pocas horas después del suceso, al referirnos lo ocurrido entre él y el jefe de la columna, de quien era amigo viejo. La brigada de Luque, mandada a la sazón por Hernández de Velasco, eludió el ataque de Maceo en las inmediaciones de Río Hondo, separándose de la calzada, y apresurando el paso por la orilla opuesta de la posición que ocupaban los insurrectos. No hubo más que escaramuzas en todo el trayecto. Tuvimos cinco bajas, y no podemos indicar las de la columna española, porque no hemos dado con ningún documento que haga referencia a esta acción. Hernández de Velasco sólo dio cuenta de lo ocurrido en Santa Cruz"...

Santa María del Rosario

9 de febrero de 1896 - Entraron en Santa María del Rosario las fuerzas cubanas mandadas por el general Adolfo Castillo, siendo avistadas por los españoles de voluntarios que ocupaban la iglesia, desde la cual comenzaron sus descargas de fusilería. No se arredraron los cubanos, que se dividieron en dos secciones: una por el sur y otra por el este, logrando incendiar alrededor de 40 viviendas. La iglesia y la ciudad por entera hubiesen caído en poder de los cubanos, a no ser la súplica de una comisión de damas que fue a entrevistarse con el general Adolfo Castillo, suplicándole dejara sin efecto el ataque que iba a costar la existencia de la población, petición a la que el jefe cubano accedió en un rasgo de gentil civismo y aun cuando no hallara reciprocidad de trato el ejército libertador en ninguna comarca de parte de los españoles. Pero como la guerra tiene sus exigencias, el propio general Castillo tuvo que acometer nuevamente la empresa que se había propuesto. Fue el 28 de junio de 1897 bajo el fuego que vomitaban los ocho fuertes en los cuales estaban parapetadas fuerzas regulares españolas del batallón Lealtad. El general Castillo tomó personalmente la trinchera situada frente a la iglesia, que era el fuerte principal; pero al final tuvieron que retirarse las fuerzas cubanas por la superioridad y posiciones de los contrarios. Dos veces más intentaron los patriotas tomar la ciudad de Santa María del Rosario, lo cual fue imposible, pero siempre causando daños enormes e inflingiendo serias perdidas. Hay que tener en cuenta que todas las poblaciones de los alrededores de La Habana estaban fortificadas y defendidas por la mejor y más numerosa tropa regular.

9 de febrero de 1879 - Se inauguró en la Ciudad de Trinidad la sociedad La Luz organizada por los vecinos de color de esta ciudad. El discurso principal del acto de inauguración fue dado por D. Miguel Figueroa.

9 de febrero de 1569 - De las “Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana” Tomo II 1566 - 1574, dirigida por Emilio Roig de Leuchsenring, Municipio de La Habana, Administración del Alcalde Dr. Antonio Beruff Mendieta, editada en 1939:

Castillo de la Real Fuerza

9 de febrero de 1556 - El actual Castillo de la Real Fuerza por Emilio Roig de Leuchsenring en “Cuba en la Mano” por Arnelio González, La Habana, 1940, página 576:

“Por Real Cédula de 9 de febrero de 1556 se dispuso la construcción de otra fortaleza. El gobernador Diego de Mazariegos, eligió como sitio de emplazamiento el de las casas de Juan de Rojas, o sea el lugar que ocupa actualmente La Fuerza. Se iniciaron las obras de esta, la más antigua fortaleza habanera que se conserva en nuestros días, en 1558, por Bartolomé Sánchez, durante el gobierno de Diego de Mazariegos, y fueron terminadas por Francisco de Calona en 1577, gobernando Francisco Carreño. La torre fue levantada en tiempos del gobernador Juan Bitrián de Viamonte (1630-1634), quien colocó en lo alto la bella estatuita de bronce que representa simbólicamente La Habana, modelada por Gerónimo Martín Pinzón, artífice fundidor escultor.

“Por ser el edificio más seguro de La Habana, en los tiempos de su construcción, a La Fuerza trasladaron su residencia muchos capitanes generales y gobernadores de la Isla, siendo el primero que la ocupó, Tejera, en 1590, y después otros de sus sucesores hasta que se construyó la Casa de Gobierno en parte del terreno ocupado por la antigua Parroquial Mayor."

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