Efemérides, datos y apuntes de la historia relacionados con el 5 de febrero, el día de hoy. Además de nuestras notas en Damisela.com y Guije.com, consultamos el Calendario USA del día de hoy para confeccionar la primera sección dedicada a los Estados Unidos de América. La segunda sección, con la ayuda de la información en Damisela.com y Guije.com, se basa en el Calendario Cubano del 5 de febrero. En algunos casos la historia de los Estados Unidos de América y Cuba es muy similar, en tales casos la presentamos donde indica ser más apropiado.
Hoy 5 de febrero en el Calendario USA
5 de febrero de 1971 - Apolo 14 alunizó, siendo el tercer Apolo en lograr tal hazaña. Fue lanzado desde Cabo Cañaveral cinco días antes, el 31 de enero.
5 de febrero de 1959 - En un accidente entre un avión bombardero y un avión caza se lanzó al mar, frente a la isla Tybee, Savannah, Georgia, una bomba de hidrógeno tipo Mark 15. El detonador atómico había sido removido, convirtiendo la bomba en convencional. De acuerdo a los que iban en el avión bombardero la bomba no explotó al caer al mar, y a pesar que se ha buscado, aun no se ha encontrado.
5 de febrero de 2006 - Super Bowl XL - Ford Field, Detroit, Michigan - Pittsburgh Steelers 21 / Seattle Seahawks 10.
Hoy, 5 de febrero, en el Calendario Cubano
Almanaques cubanos de 1921 y 1946 indican que el 5 de febrero se celebró el día de: Santas Agueda y Felicia, vírgenes y mártires, Santos Felipe de Jesús y compañeros, mártires del Japón.
Candelaria
5 de febrero de 1896 - Asedio de Candelaria, Pinar del Río, por Antonio Maceo. Por Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 77-78 nos describe los acontecimientos del 5 de febrero de 1896 en la Historia de Candelaria, Pinar del Río, Cuba:
"Candelaria, en los momentos en que la columna invasora regresaba del extremo occidental de Vuelta Abajo, era uno de los pocos fortificados entre los pueblos situados junto a la vía férrea del Oeste. Resultaba un obstáculo cuya desaparición mucho y de veras interesaba a la Revolución. El general Antonio Maceo no quería dejar tras sí en la región pinareña baluartes peligrosos. Al acercarse el Lugarteniente a Candelaria tenía naturalmente que surgir el choque. Se hallaban frente a frente la magnífica posición española y el deliberado propósito del caudillo cubano ganoso de hacer sentir por todas partes la pujanza de sus huestes. Tomada por el general Maceo la resolución de poner asedio a Candelaria, salió de San Cristóbal el 5 de febrero de 1896 por la tarde. Si los defensores de la plaza no abrían sus puertas a los libertadores, el ataque iba a ser inevitable. El Lugarteniente había enviado con anticipación un mensaje de intimación al coronel de voluntarios Remigio Humara y Colina, que allí tenía el mando de las fuerzas españolas, compuestas de cuatro compañías de los llamados chapelgorris, dos escuadrones del mismo instituto a que pertenecía el jefe y cincuenta hombres del batallón San Quintín. Casi la callada tuvo por respuesta el aviso conminatorio del caudillo cubano. El portador de la epístola, el joven Bonifacio Humara y Quintana, hijo del Coronel, al regresar de Candelaria, comunicó a Maceo su impresión de que no capitularían los defensores de la población, esperanzados de recibir refuerzos procedentes de Artemisa. Ya el asalto no debía retardarse. "Maceo -narró el general José Miró- comenzó el ataque de la población a las cinco de la tarde. El fuego se extendió rápidamente por todo el radio de la localidad. Bajo un aguacero de balas, nuestra gente se apoderó de algunos edificios de mampostería, desde los cuales se hizo menos peligrosa la hostilidad de los defensores. Empezó el incendio de las casas abandonadas y establecimientos de comercio: el fuego no calmaba los ímpetus de la guarnición. A media noche continuaban el ataque y la defensa, bajo el resplandor de las llamas"...
Por José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Occidente) - Tomo II: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942, páginas 42-43 describe los acontecimientos del 5 de febrero de 1896 en la Historia de Cuba
“Hubo dos períodos de calma, desde la una a las tres de la madrugada. A esta hora se renovó el fuego, y arreció al venir los claros del día. Sitiados y sitiadores disparaban a veinte pasos de distancia; aquéllos, desde las trincheras; los segundos, apoyándose en los umbrales de los edificios que ofrecían resguardo, los más valerosos a pecho descubierto, en medio de la vía pública, para hallar la muerte en pago de su valor heroico. Frente a una casa atrincherada, al salir el sol, cayeron mortalmente heridos cuatro hombres que intentaron tomar el reducto con el esfuerzo del corazón; entre ellos, un ayudante de campo del general. Maceo, llamado Carlos Pastor, hijo de Bay amo, modelo de intrepidez y fidelidad. Cayó redondo, de un balazo en la frente que le asestó un chapelgorri de la raza negra, ¡un negro de Candelaria, fiel servidor del integrismo, que ostentaba boina de grana y enfilaba el cañón de la carabina sobre la generosa juventud de Cuba independiente, que al batallar por el rescate del país, se inmolaba también por los derechos de la raza proscripta!... Maceo se indignó sobremanera al tener noticia del triste episodio; de tal nodo se enfureció que dio orden terminante a los negros de Oriente, al comandante de su escolta y al jefe del regimiento Céspedes, de que al tomar la población lo hicieran a sangre y fuego y pasaran a cuchillo a todos los negros chapelgorris que con tanta marcialidad defendían la bandera del absolutismo. Ocioso es decir, que el mandamiento se hubiera cumplido al pie de la letra, si aquellos hombres terribles para quienes no había más dios que Marte, y éste era el caudillo oriental, toman la plaza por asalto con la consigna de no dar cuartel a ningún defensor de la bandera española. El que ahora describe estas páginas, tratando de evitar la sangrienta represión ordenada por Maceo, envió un mensaje al cura párroco de la localidad, de quien se conocía la actitud belicosa por un paisano del barrio; pero tampoco obtuvo respuesta: el predicador de la paz evangélica, prefería la guerra implacable como los más duros ejecutantes de Belona, y les infundía ánimo si mostraban flaqueza en cualquier trance de la batalla. Eran ya las dos de la tarde. No podía dudarse que aquella noche se decidiría la contienda por los sitiadores, si antes no acudían socorros de Artemisa. Maceo, viendo la hora en el reloj, dispuso que a las tres se diera el ataque general, sin más intimaciones ni modificación de consigna. Teníamos 32 hombres gravemente heridos, y aunque no se conocía el número de bajas de los sitiados, no era de presumir que se rindieran a discreción después de la enconada riña. Era, forzoso tomar la plaza a sangre y fuego”...
5 de febrero de 1855 - Creación de cuatro escuelas generales en La Habana, Santiago de Cuba, Puerto Príncipe (Camagüey) y Matanzas.
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