El 29 de noviembre en el Calendario USA
29 de noviembre de 1877: Thomas Edison demostró el fonógrafo. El 19 de febrero de 1878 lo patentizó.
29 de noviembre de 1775: El Segundo Congreso Continental (10 de mayo de 1775) estableció el Comité de Correspondencia Secreta para mantener correspondencia con simpatizadores de la Revolución Americana en Inglaterra, Irlanda y Francia. Este comité era integrado por Thomas Johnson, Benjamín Harrison, Benjamín Franklin, John Jay y John Dickinson.
El 29 de noviembre en el Calendario Cubano
Almanaques cubanos de 1921 y 1946 indican que el 29 de noviembre se celebró el día de: Santos Saturnino y Demetrio, mártires y Santa Iluminada, virgen.
29 de noviembre de 1925: Nació en La Habana, Cuba, Saturnino Orestes Armas Miñoso Arrieta, conocido en los Estados Unidos por Minnie Miñoso. Pelotero de béisbol en las Grandes Ligas en Estados Unidos.
29 de noviembre de 1895: La Invasión Libertadora bajo el mando del Generalísimo Máximo Gómez y el Mayor General Antonio Maceo aun se encontraba en la provincia de Camagüey: Cruza la Trocha de Júcaro a Morón: Este día se trasladó de Artemisa a Gil Herrera, 8 leguas, y de Gil Herrera a Lázaro López, 1 1/2 leguas.
29 de noviembre de 1895: En “Un Día Como Hoy” por Emeterio S. Santovenia editado por Editorial Trópico, 1946, La Habana, Cuba: “Al cabo de veinte días dé hallarse en la región camagüeyana el general Antonio Maceo, al frente de la columna invasora que había penetrado en la tierra de Agramonte el 8 de noviembre de 1895, se encontraba sobre la Trocha, el valladar levantado de Júcaro a Morón con el propósito de incomunicar las dos provincias orientales con Las Villas. El intrépido capitán no se detenía ante obstáculo humano alguno. A despecho de las esperanzas puestas por las autoridades 
españolas en la Trocha, para Maceo fue cosa decidida franquearla con la hueste insurrecta. La columna invasora acampó en la noche del 28 de noviembre en el caserío de Artemisa, inmediato a la Trocha. Allí tomó informes y prevenciones. En las primeras horas de la madrugada del 29 Maceo marchaba ya hacia la Trocha, para encontrarse al romper el alba en aptitud de burlar el amenazante valladar por entre fortines y alambradas. Una sección de éstas fue rota por la vanguardia libertadora. La hazaña estaba librada en su parte más riesgosa. El General resguardó el paso de la impedimenta por el centro de las fuerzas, ocupó los terraplenes del camino de hierro e hizo ejecutar en menos de una hora totalmente la operación. Mil quinientos treinta y seis hombres cruzaron la Trocha, y ni una sola baja hubo que anotar. La caballería de Camagüey, ganosa de ser digna continuadora de aquella que había obedecido a Agramonte, contramarchó para su territorio tan luego como la hueste invasora dejó salvado el obstáculo por los españoles juzgado infranqueable. En el momento de terminar el paso de la impedimenta uno de los fuertes españoles rompió vivo tiroteo, que no fue apagado con la metralla de la fusilería mambisa, sino con vivas atronadores y con las notas marciales del himno bayamés. La jornada del 29 de noviembre de 1.895 fue brillante para las armas cubanas. Después de franquear la Trocha se ocupó Maceo, situado a unos ocho kilómetros de la barrera burlada, en comunicarse con Máximo Gómez. Por ser grande el deseo que en ambos jefes existía de abrazarse y por hallarse a corta distancia uno del otro, Maceo prosiguió la marcha hasta encontrarse con el hombre de Palo Seco. En aquellos momentos acompañaban al general Máximo Gómez el general Carlos Roloff y seis escuadrones de la división de Sancti Spíritus, comandados por el general Serafín Sánchez y el teniente coronel José Miguel Gómez. La entrevista de Antonio Maceo y Máximo Gómez fue como la celebración de la victoria acabada de conquistar en la Trocha.”
españolas en la Trocha, para Maceo fue cosa decidida franquearla con la hueste insurrecta. La columna invasora acampó en la noche del 28 de noviembre en el caserío de Artemisa, inmediato a la Trocha. Allí tomó informes y prevenciones. En las primeras horas de la madrugada del 29 Maceo marchaba ya hacia la Trocha, para encontrarse al romper el alba en aptitud de burlar el amenazante valladar por entre fortines y alambradas. Una sección de éstas fue rota por la vanguardia libertadora. La hazaña estaba librada en su parte más riesgosa. El General resguardó el paso de la impedimenta por el centro de las fuerzas, ocupó los terraplenes del camino de hierro e hizo ejecutar en menos de una hora totalmente la operación. Mil quinientos treinta y seis hombres cruzaron la Trocha, y ni una sola baja hubo que anotar. La caballería de Camagüey, ganosa de ser digna continuadora de aquella que había obedecido a Agramonte, contramarchó para su territorio tan luego como la hueste invasora dejó salvado el obstáculo por los españoles juzgado infranqueable. En el momento de terminar el paso de la impedimenta uno de los fuertes españoles rompió vivo tiroteo, que no fue apagado con la metralla de la fusilería mambisa, sino con vivas atronadores y con las notas marciales del himno bayamés. La jornada del 29 de noviembre de 1.895 fue brillante para las armas cubanas. Después de franquear la Trocha se ocupó Maceo, situado a unos ocho kilómetros de la barrera burlada, en comunicarse con Máximo Gómez. Por ser grande el deseo que en ambos jefes existía de abrazarse y por hallarse a corta distancia uno del otro, Maceo prosiguió la marcha hasta encontrarse con el hombre de Palo Seco. En aquellos momentos acompañaban al general Máximo Gómez el general Carlos Roloff y seis escuadrones de la división de Sancti Spíritus, comandados por el general Serafín Sánchez y el teniente coronel José Miguel Gómez. La entrevista de Antonio Maceo y Máximo Gómez fue como la celebración de la victoria acabada de conquistar en la Trocha.”
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